jueves, 21 de octubre de 2010

Saltar.

Caminaba fuerte, sin perder el ritmo y haciendo que el suelo temblara. Caminaba contoneando sus caderas, balanceando su melena ondulada con su pequeña cabeza. Movía más el brazo izquierdo que el derecho, ya que de su mano colgaba otra mano, el de una chica pequeña, de ojos verdes que pegaba saltos para poder seguir el ritmo.

La niña asustada: "¿dónde vamos?".
"A la madurez, queda poco".
"Pero yo soy una niña aún".
"Eso es lo que tú te crees".

De repente, la joven soltó la mano de la pequeña y comenzó a correr. La niña observaba atónita como corría, como de repente, saltaba desde el fondo de aquella calle y desaparecía.

Años más tarde, la pequeña, alta y con esos ojos verdes (que no azules) curiosos, revivió aquella escena. Corrió por la misma calle, saltó en el mismo sitio. Desapareció.

El punto común: habían cumplido 21 años.
Welcome to the jungle te dirían los Guns N'Roses.

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