sábado, 2 de agosto de 2014

Cuando la bombilla de la cabeza se ilumina a media noche




Acabo de ver esta película, y aunque en realidad mi historia no tiene nada que ver con ello, por fin, en bastantes series, películas, cortos, personas y silencios, he encontrado un trozo de filosofía que me emociona, que me pertenece y que creo que poca gente lo entiende. 

Porque en realidad lo que une a las personas no son los gustos, los sentimientos o los ideales, son las experiencias, y si no vives tu vida con aquellos que quieres, acabarás perdiéndolos en el tiempo.


miércoles, 2 de julio de 2014

A pico y pala


Pon carreteras congeladas, desiertos de por medio o incluso un océano infranqueable. Da igual lo que se cruce en el camino, hay gente pesada, que por muchas horas que pasen siguen trabajando para conseguir su meta. 

En mi tierra los llaman grandes, en otros soñadores y en otras estúpidos. Independientemente de la denominación, son los que mueven el mundo, o por lo menos las personas, y ese superpoder, lo tienen pocos. 

Si eres un loco soñador del mundo mundial, gracias por existir. 


miércoles, 25 de junio de 2014

En la intimidad


Confieso que tienes razón, pero solo por un rato, porque si te doy la razón quedaré como una idiota pelota, pero si te contradigo seré la gruñona charlatana que lo sabe todo y que en realidad no sabe nada, porque... ¿alguien nos explica esto? Prefiero que sonrías un rato a pesar que mi cerebro me castigue por hacer más caso al impulso que a la razón, aunque... que le den al impulso; no te doy la razón porque creo que las cosas no tienen fundamento. Pero quién sabe, mis palabras nunca han tenido sentido, de hecho mis sentimientos no salen por mis palabras, sino por mis suspiros, y ya ni te cuento las ideas, de mi boca solo surgen bolas de palabras que chocan contra acantilados quebrándose en mil partes y quedando como empezaron: caóticas. 

Vamos, que eso.

miércoles, 11 de junio de 2014

Vuelta al camino



La torpeza que tienen mis dedos ahora es superior a la de mis comienzos en aquella habitación calurosa de Madrid. Mi mente, espesa y cansada lleva dos años de desventaja. Pero te echaba de menos, y estoy encantada de encontrarme contigo una vez en el camino. Solo te advierto que la experiencia ha curtido mi piel y cada espacio de mi mente tras viajes, experiencias y personas. Empecemos en el mismo sitio, en el mismo lugar donde estuvimos. 

Querida escritura, me gustas, te gusto y lo sabes ¿a qué esperamos?