lunes, 31 de diciembre de 2012

Cerrando etapas


Repasando las entradas anteriores, voy a intentar cambiar un poco. Este año no voy a honrar a la gente cercana, la que se ha ido, la que ha llegado y la que se ha alejado, ni tampoco a los logros, ni al campo de batalla que ha supuesto este maratoniano y difícil 2012, sino que, siendo un poco egoísta, voy a referirme a mí, ya que considero que este año ha sido mío, tanto en lo bueno como en lo malo y es verdad que toda persona tiene ayuda en el camino que le impulsa, pero uno debe valerse por uno mismo y demostrar de lo que es capaz o decepcionar. 

Primero agradecer a los que han creído en mí, porque en muchas ocasiones creo que he hecho grandes esfuerzos y aunque quisiera tirarme y perderlo todo en el camino, he conseguido que salieran cosas grandes de cosas pequeñas, y eso se debe, a las oportunidades y a la constancia. Segundo, pedir perdón, por el daño cometido, por desaparecer, por jugar mal mis cartas, por decepcionar, por mis cambios de humor, por querer dejarlo todo, por no ser sincera o por cerrarme en banda y esconderme bajo una manta. Tercero, avisar y condenar a aquellos que están haciendo los días más difíciles de lo que deberían ser, no es justo y no hablo solo en mi caso, en un futuro no permitiré que se repita esto. Cuarto, puede que sea un año difícil, pero he aprendido a base de golpes y reflexiones, y eso, en el fondo, se agradece.

No veo el 2013 con motivación, pero no puedo evitar pedir tres cosas que volverán a depender de mi (una vez más): salud, trabajo remunerado y estabilidad. 

Ahora, toca seguir luchando. 




domingo, 21 de octubre de 2012

Hablemos de...


... no hablar. 

Hablemos del silencio, del mal humor, del cielo gris. No hablemos de mí, para qué, tarde o temprano esa conversación no tendrá sentido y la reflexión con moraleja se perderá en el tiempo, como la gente, como lo recuerdos. Hablemos de futuro, futuro incierto, de las estrellas, del ritmo de una canción, de las resacas, de los amaneceres, de la emoción, 

Hablemos de las pisadas, de los charcos, de los adoquines. Hablemos de cosas lejanas de nuestra percepción, que no se ven, que te fijas mientras esperas a que sea la hora en algún lugar de una ciudad. Hablemos de los pájaros redondos y regordetes, de ventanales. 

Hablemos de no hablar, de dejar pasar las horas. 

Hablemos de perdernos juntos en el tiempo. 

lunes, 1 de octubre de 2012

La imposibilidad de algunas cosas


Un elegante personaje de cuento bizarro me contó un día que aunque no le gustase su puesto, ni su trama, él seguiría siendo ese personaje que la historia le pedía. Se lamentaba, pero sabía que la trama ya estaba escrita desde tiempos lejanos y que por más que luchase, se quedaría en esa línea sano y salvo. La verdad es que me pareció una visión muy pesimista. Si algo no te gusta, deberías cambiarlo, aunque te dejaras la vida en ello. 

Unos meses después me tocó luchar contra algo mucho mayor, y luché, encarnizadamente durante diferentes estaciones. Cuando acabó la aventura, sin ningún vencedor, porque después de cada batalla inevitablemente hay una pérdida por más que nos quieran engañar, me di cuenta que mis energías, mi carácter, y mi objetivo había cambiado por completo. Que no obtuve lo que quería, que lo único que fue crearme un mar de inseguridades que hicieron de mi un ser despreciable. En ese instante pensé en el  elegante personaje de cuento bizarro y de su visión pesimista. Y le entendí. Y le odié. Y acepté mi rol en la trama escrita. 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Personitas.


La mejor declaración de esperanza que me diste ante mi llanto incontrolable cuando marchaste al nuevo mundo fue una sonrisa, un abrazo y la mirada con más complicidad que nunca había visto -ni volví a ver- en mi corta vida. Sabía que no regresarías y que yo te esperaría eternamente como tu compañera de las noches heladas bajo la lluvia. Pero tus ojos siguen grabados en mi mente, llenos de luz y de vida. Han pasado ya muchas mareas, muchas estaciones y muchas noches de lluvia helada, pero yo sigo aquí, recordando tus ojos cómplices y tus esperanzas. Y no por ello estoy triste ni apenada, sino orgullosa, porque si no vuelves, es que has encontrado el camino que buscabas. 


domingo, 2 de septiembre de 2012

Catástrofes



Érase un bebé que tiraba la comida al suelo. Érase un niño que jugando con el tirachinas, rompió varios cristales de su casa. Érase un adolescente que dejó pegado a la silla a su hermano menor. Érase un joven que dejó embarazada a su novia, un fin de semana que sus padres no estaban en casa. Érase un adulto, que conociendo los riesgos, dejó a una familia sin casa. 

Érase un cuerpo con vida que rompía todo lo que tocaba. 

miércoles, 15 de agosto de 2012

Malasaña I

Plaza de centro de ciudad. Noche. Cerveza, cigarros, verano. 


A (contagiado por la euforia y la exageración del alcohol): Uno es muy fuerte aunque no se lo cree. Uno es muy cabezota, y no admitirá que necesita ayuda, y fingirá ser fuerte, y se protegerá, y pondrá una barrera, y si es necesario construirá una muralla en torno a su corazón.

B (sereno, silencioso): si es fuerte lo hará. 

A (exagerado, le mira con los ojos abiertos): pero es fuerte,  tu eres fuerte, él es fuerte, yo soy fuerte ¡nos podemos comer el mundo!

B: no entiendo. 

A: ¡somos fuertes podemos con el mundo!

B (dejando pasar): podremos, tranquilo, podremos...

A: ¡claro que podremos! ¡Pero sin murallas, sin barreras, sin cerrarnos! Con miedo, con valor, con errores, con dolor, ¡con todo eso nos vamos a comer el mundo!

B: pero si somos fuertes...

A (interrumpe): ¡si somos fuertes tiraremos del otro, como nadie, como un conjunto de caballos que cruzan el desierto! ¡Juntos!


viernes, 3 de agosto de 2012

Cosas pequeñas que hacen cosas grandes


Los amigos (que no te dejarán andar solo)


Con esto me despido de esta saga que tanto me ha marcado y que tanto ha gustado. Un placer.

lunes, 30 de julio de 2012

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Había una vez una cabeza que daba muchas vueltas, más que la noria, más que una batidora, más que la línea de un círculo. Había una vez que le dijeron que debía parar y no lo hizo. Había una vez que le forzaron a parar y no lo hizo. 


La solución fue su iniciativa propia. Y el mundo se paró, la noria se bloqueó, la batidora se atascó y la línea del círculo se hizo recta. 




sábado, 10 de marzo de 2012

Quizás es el momento de cambiar las cosas, romper con lo previsto y abrir la puerta del otro camino.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Constelaciones.


Nuestra mayor aventura consistió en recorrernos medio mundo en aquel coche con la capota rota y que nunca nos protegió de la lluvia. Miramos estrellas, constelaciones que nuestras grandes ciudades nunca nos dejaron ver. Nos despeinábamos por la velocidad de aquel Mustang rojo que nos fascinaba con su fuerte ronroneo. No poníamos rock, optamos por las bandas sonoras, queríamos olvidar los clichés que tanto nos habían obligado. Después de aquel viaje volvimos a nuestros respectivos lugares, y escalamos tejados para saber que aquellas constelaciones que justifican nuestro viaje, siguen observando.

jueves, 5 de enero de 2012

No más pasos.


A: Te voy a borrar.
B: No, no lo hagas.
A: Dame una razón lo suficientemente contrastada como para que te crea.
B: Te quiero.
A: No basta.
B: ¿Por qué? ¡Estuve a tu lado en los peores momentos!
A: No fue así. Estuviste sentado viendo cómo pasaban mis peores momentos, mientras yo temblaba de miedo y me levantaba a duras penas.
B: Y estuve ahí cuando te levantaste.
A: Te equivocas otra vez. Aplaudiste cuando me levanté, cuando vistes que volvía a ser yo, no por mi hazaña.
B: Y te abracé, y te esperé.
A: No, lo hiciste por interés, soy la persona que más te entretiene del mundo.
B: Pero te he cuidado.
A: No me has cuidado. Eso lo hice yo.
B: No entiendo como puedes menospreciarme tanto si estoy aquí, por ti.
A: Estás aquí, por una vez tienes razón.
B: ¿Entonces, qué pasa?
A: ¿Qué pasa con qué?
B: Con que me borres.
A: Que lo voy a hacer.
B: ¿Por qué?
A: Porque has llegado tarde. Adiós.