Érase un bebé que tiraba la comida al suelo. Érase un niño que jugando con el tirachinas, rompió varios cristales de su casa. Érase un adolescente que dejó pegado a la silla a su hermano menor. Érase un joven que dejó embarazada a su novia, un fin de semana que sus padres no estaban en casa. Érase un adulto, que conociendo los riesgos, dejó a una familia sin casa.
Érase un cuerpo con vida que rompía todo lo que tocaba.
PALMERAS EN CANARIAS
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