viernes, 31 de diciembre de 2010

Poner nombre a las entradas a veces me parece un poco absurdo.


Miles de palabras he pensado para la típica entrada de fin de año... He pensado y pensado y el cerebro se me ha quedado seco, por lo que he llegado a la conclusión que rememorar todos los momentos tanto buenos como malos de este año es una tontería, cada uno sabe lo que he hecho, lo que he dejado de hacer, mis aventuras y desventuras. Una lista de todo lo que ha ocurrido sería imposible, o por lo menos, haría la peor entrada del año con tanto simbolismo.

Ante esta nostalgia que me invade en estas fechas con buena música en mis oídos (Une Année Sans Lumière - Arcade Fire), brindo (con mi cerveza Guiness) por aquellos que siguen y seguirán un año más, por los que estaban y han crecido en diferentes aventuras, por los que no existían y han tenido la desgracia de toparse conmigo en el espacio/tiempo, por los que estaban y no estarán por malentendidos, por los que vendrán en un futuro pisando fuerte... pero sobre todo por aquellos que no están. Porque me acuerdo de ellos, porque los echo de menos, porque es raro que no estén.




Y a modo personal:
Por un 2011 lleno de aventuras (y conciertos, y reencuentros, y festivales de cine chico, y orientación, y besos, y abrazos y charlas, y sonrisas, y cortos, y producciones alocadas por la facultad, y cervezas, y fotos, y entradas de blog decentes, y peleas de almohadas, y de compras, y de...).

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