jueves, 5 de mayo de 2016

El chico con piel de braile


El chico con piel de braile no hablaba mucho, y es por eso que su piel se volvió áspera para contar todo aquello que no terminaba de salir por su boca. De la necesidad de expresar sus sentimientos, su cuerpo se adaptó al medio: lo hizo alto para que se le viera, alargó sus piernas para que corriera más que nadie y le hizo inquieto para que tuviera temas de conversación. Sin embargo no fue suficiente, y el chico con piel de braile no fue consciente del esfuerzo de su cuerpo y continuó observando en silencio y sintiéndose incómodo en su día a día. 

Años después, descubrió que en su piel se narraban grandes aventuras que, según una sabia adivina, traía de su alma vieja de tiempos lejanos. Y es que él solo no lo descubrió, tuvo que aprender mucho, cometer grandes errores, dejarse llevar por riachuelos pedregosos y toparse con personajes sacados de viejos cuentos. 

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