Las mariposas de mi cuerpo llevaban tiempo posándose para relajarse y seguir adelante. Anoche, cuando me besaste a escondidas debajo de la escalera de nuestro edificio y luego me dijiste que me querías, arruinaste mis esfuerzos sobrenaturales de olvidarte.
Las mariposas de tu cuerpo querían a las mías, rebeldes, sonoras.
Las mariposas nos dan las alas que a nosotros nos quitan al nacer.
ResponderEliminar