miércoles, 12 de septiembre de 2012

Personitas.


La mejor declaración de esperanza que me diste ante mi llanto incontrolable cuando marchaste al nuevo mundo fue una sonrisa, un abrazo y la mirada con más complicidad que nunca había visto -ni volví a ver- en mi corta vida. Sabía que no regresarías y que yo te esperaría eternamente como tu compañera de las noches heladas bajo la lluvia. Pero tus ojos siguen grabados en mi mente, llenos de luz y de vida. Han pasado ya muchas mareas, muchas estaciones y muchas noches de lluvia helada, pero yo sigo aquí, recordando tus ojos cómplices y tus esperanzas. Y no por ello estoy triste ni apenada, sino orgullosa, porque si no vuelves, es que has encontrado el camino que buscabas. 


domingo, 2 de septiembre de 2012

Catástrofes



Érase un bebé que tiraba la comida al suelo. Érase un niño que jugando con el tirachinas, rompió varios cristales de su casa. Érase un adolescente que dejó pegado a la silla a su hermano menor. Érase un joven que dejó embarazada a su novia, un fin de semana que sus padres no estaban en casa. Érase un adulto, que conociendo los riesgos, dejó a una familia sin casa. 

Érase un cuerpo con vida que rompía todo lo que tocaba.