sábado, 29 de enero de 2011


Este susodicho blog cierra temporalmente por confusión de ideas.
Volveremos cuando encontremos el camino.

Nos vemos en el bosque.

viernes, 28 de enero de 2011

La última noche.


Recuerdo aquel amanecer doloroso cargado de alcohol en mi boca.

Aquella mujer se levantó de la cama de un salto, buscó su ropa con seguridad y se vistió con velocidad como consecuencia de su experiencia en estos temas. Se sentó al borde de la cama y estiró sus finas piernas. Introdujo con maña aquellas medias translúcidas que la habían acompañado junto con el vestido beige, ahora encajado en su cuerpo.

En aquel instante se giró, sonrió y sentenció: "esta ha sido la última noche. Me has perdido. No estoy hecha para ti".

jueves, 27 de enero de 2011

Divagaciones morales (I)


Me encontraba perdido en aquel café americano de la esquina de la ópera. Me encontraba desquiciado por realidades insospechadas. Me encontraba observando a la gente, analizando si eran clásicos, modernos o posmodernos... y entre toda esa muchedumbre, de la nada, vislumbré la solución a todas mis incógnitas [...]

[...] en aquel cuaderno de tapa roja cubierto de purpurina X escribía con fuerza y obsesión: controla, controla, sé buena persona.

viernes, 21 de enero de 2011

Confesiones de medianoche.


Te voy a confesar que los miedos hacen temblar mis piernas, que ciegan mis ojos de colores y tapan mi razón humana. Te voy a confesar que tengo pesadillas todas las noches, que despierto aferrada a la almohada, que no quiero salir de casa. Te voy a confesar que quiero que me odies pero por otra parte quiero que me ames, y al mismo tiempo no quiero hacerte daño. Te voy a confesar que duermo pensando que me abrazas y rozas con tus dedos la curvatura de mi cintura. Te voy a confesar que quiero que me hables hasta que me duerma a pesar de que muchas veces te lo impida. Te voy a confesar que estoy confesando y que no quiero confesarte por miedo a que tu no lo hagas.

Confieso que me da vergüenza.
Confieso que no te miento.
Confieso que me sonrojo.

miércoles, 19 de enero de 2011

Por favor, vete.


No intentes venir cuando nunca me has tenido mas que aquella noche de luces estrelladas en las calles. No intentes animarme cuando la razón de mis penas fuiste tu y aquella almohada empapada de nuestro sudor. Tampoco pretendas ser mi amigo porque en un pasado tuviste ese derecho inalienable que curiosamente perdiste. Soy el océano temblando de furia, no te me acerques, no me ofrezcas tu mano, no me mires, no hagas nada. Lárgate de mi jodida vida de una maldita vez.

lunes, 17 de enero de 2011

Miradas que hablan.


El mundo se cerró, se llenó de niebla gris cuando tus ojos me miraron con tristeza, me analizaron de arriba a abajo y de repente dejaron de observar mi cara para pasar a analizar el horizonte.

Fue el día en el que dejé de existir (para ti).

domingo, 9 de enero de 2011

El mundo y tú, tú y el mundo.


Quisiste comerte el mundo corriendo más rápido que el resto, dejando que tu corta melena volara por aquellas playas inmensas. Dejaste todo, te embarcaste en la mayor aventura olvidando a quienes te amaban y te esperaban con los brazos abiertos en sus casas. Pasaron los años, naufragaste en tu vida, lanzaste botellas desesperadas al mar con la idea de que algún día llegaran a la playa prometida donde tu dulce mujer de ojos castaños y pelo negro te esperaba sentada en arena blanca. Escalaste a lo más alto, descendiste a lo más bajo y en medio, observabas desde tu casa flotante el atardecer. Poco a poco perdiste la esperanza, la distancia te dolía, echabas de menos a la gente que negó tu tierra prometida y decidiste volver a sabiendas de que quizás no te recibirían, con una colección de pulseras en tus muñecas y un tatuaje de una gaviota en tu brazo, como hacían los marineros. Pero por el camino te volviste a perder, te reencontraste y finalmente llegaste a casa. Ya no había nadie, solo yo. Cuando viste mis ojos llorosos emocionados al verte y nos fundimos en un abrazo, te diste cuenta de que yo era tu dulce mujer a pesar de que soy rubia, de ojos claros y me muevo en playas de arena negra.

Tuviste que recorrerte el mundo entero para darte cuenta de que todo lo que quisiste siempre estuvo a tu lado.

miércoles, 5 de enero de 2011

Historias de zapatillas.


"¿Recuerdas cuando nos conocimos?"
" Claro que sí, tus zapatillas eran inolvidables, me fascinaban."
" Jajajaja, yo pensaba que te daba vergüenza hablar conmigo."
" ¡Qué dices! "

Silencio incómodo.

" Tampoco quise mirarte a los ojos, sabía que en el fondo no eras tan buena persona como intentas aparentar. "

domingo, 2 de enero de 2011

Rasgos estudiados.


Por mucho que tus lindos ojos azules, tu sonrisa de modelo y tu pelo perfectamente estructurado bien estudiado delante del espejo de tu habitación estén donde tienen que estar simulando tanto una estabilidad emocional como de conciencia, no te creo. No sé explicarte el porqué, pero quizás soy mujer, y a mí el sexto sentido me funciona de pies a cabeza.